La decisión de No Ser Madre

Justo detrás de este título se me vino a la cabeza la Madre Teresa de Calcuta, que aunque no haya tenido hijos ha dejado un legado de puta madre que demuestra que ha sido madre mil veces. Ha sembrado semillas de amor con su ejemplo y se nos sigue viniendo a la cabeza su buen hacer independientemente de que quienes la recordemos seamos o no religiosos o devotos o esas movidas de la iglesia de las que no participo en ninguna.

Mar de Amor
Mar de Amor

Recuerdo que me hacía ilusión cuando algunos de mis compis de piso me llamaban La Mami, también cuando sentía a algunas amigas que tuve, como hermanas (otra cosa que nunca fui). En el caso de haber querido tener hermanos, hubiera sido en el idílico de la conexión y Amor real. La realidad es que ser hermanos no es por si mismo nada. Lo mismo que ser padres no es por si mismo nada.

También se me viene a la memoria aquella hija de uno de mis novios con la que tuve el placer de compartir momentos maravillosos durante, creo que fueron, cuatro años de convivencia. Ella, de chiquitína, tendría de aquella unos 7 años, unos días después de conocerla, quería llamarme mamá porque me quería mucho, no se si más que yo a ella. A esa niña la quise lo mismo que si esa niña hubiera sido yo de pequeña, y me las apañé para regalarle todo el amor, cariño y autoestima que pude mientras estuve a su lado, aún a sabiendas que de donde nacerá su autoestima será de la huella que sus padres le dejen en el alma. Le fui dando todas esas cosas que siempre supe que me faltaron a mi. Esas preguntas que nunca supieron contestarme, aquel amor que nunca recibí. La convencí para que entendiera que su mamá y su mámi era sólo una y le propuse ser por ese tiempo;  su hada madrina.

Un hijo de cuatro patas

A veces le digo a Candi, mi perro, que su mamá le quiere mucho y me estoy refiriendo a mi y que sus abuelos también y me estoy refiriendo a mi madre y al marido de mi madre.

Incluso en mi peor época (en la que la primera y última perjudicada fui yo), no me recuerdo de otro modo que dando amor a los demás, intentando dar lo mejor de mi. Lo hacía de todas las maneras que se me ocurrían, independientemente de si era bien recibido o no. Mi misión era dar. Dejar mi semilla de amor de alguna manera, independiente de que germinara o no. En realidad, lo sigo haciendo, forma parte de mi esencia, pero ahora lo hago de otros modos. Tengo menos contacto con las personas. Cuento con los dedos de una mano los que son.

El caso es que en lo que llevo de vida mi misión fue algo así como darle al mundo lo que mi padre no supo darme a mi y lo que las mujeres de mi vida y mi madre me dieron de sobra; Amor, tanto, que me sobra, pero mi madre y cada quien ocupó el rol que a cada quien le corresponde. El que le tocó a mi padre, sólo el pudo ejercerlo y lo hizo, dejando un vacío infinito. Ese vacío es un daño que me persigue cada vez que me rechazan o me golpean de un modo que yo me invento como parecido al de el, dándole fuerza y valor a personas que no la tienen, créeme, no la tienen. Desconocidos que comparten instancia conmigo durante un largo periodo de tiempo, compañeros de trabajo, de clase… Mi falta de inteligencia emocional procura eso.

Doy lo que en realidad necesité un día y a veces, me equivoco dando porque aunque no espero recibir una respuesta, de verdad que no doy para recibir algo a cambio. Sólo el hecho de dar ya es mi recompensa, lo que normalmente no me espero, para lo que aún no tengo conciencia, ni estoy alerta o preparada, es para recibir el daño, el desprecio, el insulto, la arrogancia, los puñales, las zancadillas, los gritos, la envidia, la mezquindad. Eso que pasa cuando pones la mano en el fuego por alguien y sales que ardes. Aunque tampoco es necesario poner la mano, a mí me quema igual.

A mi madre (mientras estoy de ocupa en su casa), le digo en broma (y en serio), que podía haberla liado mas parda de lo que la lié y haber venido con una hipoteca y un hijo de dos patas bajo en brazo.

Aún me cuesta entender y asumir lo que perdí. No levanto cabeza y de ese modo, le estoy dando valor a los malos que me ayudaron a hacerlo. Esos que me empujaron con sus manos mientras estaba en el borde del precipicio. Mis compañeros de trabajo de entonces. Los que consiguieron después del acoso y derribo; echarme y yo que agaché la cabeza y me dejé derribar. Ahí, justo en ese instante es donde retrocedería mi vida para cambiar lo que hice. Del último jefe que tuve me guardaré para siempre y en la recamara de estas letras su historia. La venganza y el daño nunca fueron conmigo, pero si un día coincide, si me guardas el secreto, a ti, antes de dormirnos, te contaré esta historia, porque yo, también soy las experiencias que he vivido, las historias que aún no te he contado.

Hija y Copiloto

Ya he descubierto que tengo un umbral del dolor físico demasiado pequeño o bajo (no tengo muy claro como se dice). No me imagino sufriendo los dolores de un parto. Tampoco trayendo un hijo al mundo. En broma siempre dije que yo había nacido «pa hija y pa copiloto», aunque en esto último, debo decirte; me equivoqué.

miradas

Cuando adopté a Candi, jamás pensé que cuando Los Alsas (los autobuses que viajan Madrid-Asturias) decían que se permitía viajar con animales, se referían en condiciones infrahumanas. En el maletero, dentro del transportín pero junto con las maletas, sin aire acondicionado en verano, ni calefacción en invierno. Luego resultó que el tren sólo lo permite para medidas de transportines de perritos pequeños. El caso es que yo nunca había necesitado tener coche, hasta que vi a Candi sufrir en ese maletero. La primera vez que viajó conmigo en estas terroríficas circunstancias, me pilló a contrapié, le expuse a unas temperaturas de mas de 40 grados en ese maletero, (era Agosto, las 16h y salíamos de Madrid). Fue uno de los peores viajes que recuerdo en toda mi vida. Ese y uno por el sur de España en el que a 40 grados iba yo.

El Amor propio y el amor por mi perro, me hizo sacarme el carnet de conducir para que nunca más tuviera que pasar por un viaje así.

El caso es que desde siempre, ya en mi primera relación intensa que rondó los ocho años de duración y en la que me enamoré hasta las trancas de un hombre maravilloso (estoy segura de que lo sigue siendo), algo en el fondo me hacía saber que no era el aunque lo quisiera con todas mis ganas. En la otra de cuatro, me pasó idem de lo mismo (esa es una expresión que usa mucho mi madre), nunca sentí la necesidad, ni le encontré sentido a la posibilidad de ser madre, de tener un hijo, porque he llegado a la conclusión de que en realidad, en el caso de estar buscando (que tampoco) estaría buscando al padre y ninguno reunía los requisitos, los reunían pero para otras cosas de las que yo hice uso y disfrute. Del tema matrimonio ni hablo. En lo que no creo, no suelo prestarle atención, ni espacio.

Caótica Lucía

Soy todas las mujeres que me habitaron antes que yo además de mi, tengo de mi madre, de mis dos abuelas y mi bisabuela. De mi familia, también han dejado huella positiva en mi, dos de mis tíos y mi abuelo por parte de madre, con el que tuve el grandisimo honor y el autentico privilegio de vivir, hasta que tuvo que irse.

El único momento en el que abandono mi rol de hija, es las veces que amo a un hombre.

Decidí no ser madre.

De hecho no me recuerdo queriendo ser, nunca.

He decidido continuar con el rol de Hija de mi madre, de mis abuelas, de la tierra y del planeta. Como «Caótica Ana» y las dos mil mujeres que habitan su alma. Decido ser yo y todas ellas.

«Con este si», «Con este todo»

Lo que si debo añadir es que sólo una vez sentí desde mis entrañas, desde las tripas, desde el alma y el corazón «Con este si», «Con este todo». (Como le pasó también a Ana en la pelicula, «Caótica Ana»).

La circunstancias no nos llevaron a seguir amándonos. Siempre lamentaré aquella perdida. De haber seguido con el, mi vida sería otra. Entiendo todas las despedidas menos aquella. De el fui incapaz de despedirme.  Luis cambió mi rumbo. Así permití que fuera. Lo aposté todo a una carta y perdí.

Una vez se fue, dejé que mi mundo se desmoronara, que todos los caminos por los que mi vida iba a continuar se coartaran, que todo mi éxito se difuminara y yo, con el.

Dos años de luna de miel y luego la hiel lo inundó todo. Luis fue la última ola que cabalgué antes de precipitarme al irremediable vacío del abismo donde iba a quedarme a vivir hasta hoy.

Querido Luis:

«Lo tuyo fue la intermitencia y la melancolía, lo mío fue aceptarlo todo porque te quería. Verte llegar fue luz, verte partir un blues».

Querida Lucía.:

«De más está decir que sobra decir tantas cosas, o aprendes a querer la espina o no aceptes rosas. Jamás te dije una mentira o te inventé un chantaje, las nubes grises también forman parte de paisaje».

Querido Luis:

«La luz de neón del barrio sabe que estoy tan cansada, me ha visto caminar descalza por la madrugada».

Querida Lucía:

«Estoy en medio del que soy y del que tú quisieras, queriendo despertar pensando como no quisiera. Y no me veas así, si hubo un culpable aquí… Fuiste tú».

Querido Luis:

«Que fácil fue tocar el cielo la primera vez, cuando los besos fueron el motor de arranque, que encendió la luz que hoy se desaparece. Así se disfraza el amor para su conveniencia, aceptando todo sin hacer preguntas, y dejando al tiempo la estocada a muerte. Nada más que decir, sólo queda insistir…Fuiste tú».

Querida Lucía:

«Que fácil fue tocar el cielo la primera vez, cuando los besos fueron el motor de arranque, que encendió la luz que hoy se desaparece. Así se disfraza el amor para su conveniencia, aceptando todo sin hacer  preguntas, ydejando al tiempo la estocada a muerte. Nada más que decir, si quieres insistir…Fuiste tú».

Estoy en el medio de nada y no se nadar. Ya no. Tampoco me veo con intención de moverme porque los días pasan y no hay nada que me indique un cambio de rumbo, ni dirección.

Valoro lo que tengo. Adoro estar donde estoy y con quien estoy, pero tendré que encontrar que parte del puzzle del mundo precisa mi pieza, porque me encanta formar parte.

Sembrar semillas de Amor y que el aire las lleve donde ellos y el aire quieran y que no te hagan daño y que sobrevivas, eso me encanta. Saber que estas bien y que el lugar donde un día tuve la suerte de estar, siga habitando un ser mas precioso que cuando te conocí. No permitas que te rompan. No hagas como yo.

«El Aliento de las Flores es mas hermoso en el aire que en las manos»

¿Quien es la niña de mis ojos?

Estoy escribiendo en ella.

Escrito por

4 comentarios en «La decisión de No Ser Madre»

  1. Lamentablemente vivimos en un mundo donde aún cuesta aceptar que muchas mujeres no quieran tener hijos y el porqué de esto, porque siguen criando a las mujeres con la idea de que su misión en la vida es ser madre, cuando ser mujer ya es trabajo suficiente para una vida. Somos las dadoras, de amor, de paz, de tranquilidad, de energía, de belleza y de caos. Somos más que madres y aún nos toca enseñar mucho para que nos acepten y nos quieran sin hijos 🙂

    Precioso escrito y me encanta que por amor uno se supere a si mismo.

    Un abrazo,

    1. No me había planteado esa posibilidad, quiero decir en mi mundo. No es que sea distinto al del resto, ni que lo que comentas no sea cierto, lo es y mucho, sobre todo en algunas culturas que aún se siguen sosteniendo sobre cimientos arcaicos. Por suerte, estuve rodeada de unas pedazo de mujeres de una belleza extraordinaria (mi madre, mis dos abuelas y una bisabuela) y nunca me educaron o inculcaron eso de que ser madre tendría que ser uno de mis cometidos, sin embargo, con su propio ejemplo. si lo hicieron con el de Dar Amor.

      El caso, Diana, es que a veces me planteo esa posibilidad de egoísmo por mi parte por esa personita que no tendrá la oportunidad de disfrutar de esta vida, luego pienso que todas las mujeres que tienen mas de un hijo ya están aportando vidas de sobra jijijiji y se me pasa. (Mi decisión depende mas de encontrar el Padre de ese bebé, no soporaría que le pasara como a mi con el mío).

      Sobre loq eu comentas de la posibilidad de que alguien te quiere mas o menos porque tengas hijos o no, yo me plantearía muy mucho ese amor, digo amor por decir algo, ya que eso no es amor. Yo a alguien asi le diría, no me quieras tanto, quiéreme mejor.

      Que bonito como escribes y te expresas «Somos las dadoras, de amor, de paz, de tranquilidad, de energía, de belleza y de caos» que expresión tan preciosa, como tu, Diana, como tu. Aunque añado que conozco a muchos hombres que son dadores de exactamente lo mismo, afortunadamente.

      Muchas Gracias por aportar un comentario tan lleno de todas las vueltas a las que me has llevado a reflexionar. Muchas Gracias también por eso que dices que te encanta, a mi también, como tu cuando te pones a aportar «amor, de paz, de tranquilidad, de energía, de belleza y de caos»

  2. Yo también vivo agradecida por la madre que me tocó y lo que aporta a mi vida. Sin embargo, en mi familia y en mi núcleo social si existe mucho esa creencia de que si no tienes hijos no estás aportando al mundo o nunca serás una mujer completa (triste esa creencia si me preguntas). Al fin y al cabo venimos de países diferentes y eso hace que por más que hablemos el mismo idioma no seamos iguales. Es lo que hay 🙂

    Yo hace mucho encontré la paz con esa creencia y lo que yo quiero, pero no deja de ser triste que en mi país muchas mujeres aún no puedan salir de ese «círculo nocivo» que es el querer complacer a otros antes que a ti misma 🙁

    En cuanto a la pareja, estoy contigo, nada más deprimente que un hombre que te exija un hijo para estar contigo, cuando eso no es lo que tu quieres. Muchos casos se ven aún hoy en día, donde uno cree que la mujer es libre y dueña de si misma, pero que va, tal vez en algunas partes, pero no en todo lado 🙂

    Muchas gracias a ti, me ha encantado encontrarte y te seguiré leyendo 😉

    1. Una mujer completa, lo mismo que un hombre completo es el que aprende a amarse a si mismo, a quererse, a valorarse incondicionalemnte y en consecuencia a aportar amor a si mismo y al mundo con sus actos, creaciones y huellas. Eso es es mi opinión ser una persona completa, casualmente algo escribí al respecto http://aportamor.com/2014/10/15/somos-seres-completos aunque en ese escrito queda claro que en realidad todos lo somos, sólo que algunos tardamos en darnos cuenta.

      Somos iguales Diana, aunque vengamos de países distintos, lo que puede diferenciarnos son nuestras creencias o experiencias, pero para eso no hace falta ser de países distintos jijijiji Agradecida por tus aportaciones que invitan a la reflexión.

      Entra cuando quieras, la puerta siempre esta abierta.

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