Y en cualquier momento vendrán a por ti. Puede ser en el colegio, en el instituto, luego viene la facultad para los que van o los módulos de grado medio y superior, Formación Profesional, también están los cursos para desempleados a menores de 25 con posibilidad de exclusión social, como fue mi caso.
Después y por ese orden, suele venir la vida laboral y en algún punto de los descritos, alguien querrá llevarte por delante, es imposible pasar sin pena ni gloria, a veces se alternarán la pena y la gloria, sea como sea, seas como seas, intentarán en alguno de los momentos menospreciarte, humillarte, insultarte, infravalorarte, ningunearte, quitarte de donde estas, faltarte el respeto y por eso y por esos, nada mas que por esos es vital traer al mundo a niños con la autoestima y amor propio de hierro. Eso que muchos cuidadores no saben ni lo que es, por que están muy ocupados educando otros aspectos que no dejarán de ser importantes, pero en realidad, no lo son tanto si no es en conjunto. Yo lo llamo «El mejor legado de amor que puede alguien regalarle a un niño».
Lo que diferencia entre los que salen aparentemente ilesos de un problema por grande que sea, es la posición en la que mantienen su cabeza. No hay que agachar la cabeza.
Si no, sin tu darte mucha cuenta aún de como funcionan realmente las cosas, pues un día por ese camino te conviertes en veleta, en pluma supeditada al viento y como le de por soplar, por esa extraña manía que tiene el viento, pues pasará lo que no es dable pasar, te empujará y no ofrecerás ninguna resistencia. (Simplemente, no sabrás)
Algunos aunque no salten al vacío, sienten el vacío y eso es lo que no puede ser. Coge la riendas y no pares hasta sentir que has venido a este mundo para ser feliz
Sin amor propio y una autoestima sana, el salto y el vacío es directamente proporcional.
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«Carla se levantó una mañana, se vistió, llego al bordé y saltó«. (Desde el blog de Roy Galán)