A veces, la vida es una hija de la gran puta y no, Dios no existe. Dios nunca ha existido.
Los que existimos somos nosotros y si hay un lugar a donde nos lleva la muerte y queremos llamarlo cielo, entonces somos nosotros los que estamos tanto en el cielo como en la tierra. Somos nosotros los Dioses.
Hay un paraíso en cada piel y un Dios en cada hombre (C.Chaouen)
A veces, la vida se empeña en ser la mayor hija de la gran puta que te puedas echar al costado y naces muerto. Otras, mientras vives, mientras realizas tus sueños y disfrutas cada uno de los días del milagro, te mata a manos de un despiadado.
Una amiga en común me dijo que Daniela vivió intensamente, que ayudó a cuantos quisieron ser ayudados. Que se enfrentó a sus miedos y que viajaba. Viajaba porque le encantaba viajar sola o acompañada. Que vivió su vida intensamente. Que fue y se sintió feliz. Se llama y llamará siempre Daniela Ayon y fue una de las pasajeras de ese avión cuyo piloto decidió ser el asesino de todos sus tripulantes.
Ir caminando por la acera, sobre el asfalto, sobre las nubes, es un acto de fe hacia los demás.
Otras, mata a los tuyos, se los lleva sin mediar palabra, sin motivo, sin sentido, excepto el del mas mal absoluto dolor. Otras, te atenaza con una enfermedad letal, amputa partes de ti o de las personas que quieres. Arrasa la tierra y las almas con terremotos, maremotos, tsunamis.
Algunos no tienen lugar donde dormir, comer, mear.
De lo que no depende de ti; no te ocupes, es innecesario además de inútil. Sentirte feliz, enfocarte en lo que tienes y valorarlo; si.
¿Te has parado a pensar por un instante que puedes ver?
¿Tienes plena conciencia de que tus ojos disfrutan de la suerte del milagro de ver?
¿Sabes que hay personas que no tienen antibióticos, ni antinflamotorios con los que paliar el dolor?
¿Eres consciente que hay personas que consideran que tú tengas todas tus extremidades, es un milagro porque a ellos les falta alguna?
No se, que llevo un tiempo dándole vueltas y desde que soy feliz y dueña de mi entramado, también tengo miedo, sigo teniendo miedo.
Miedo hasta llegar a vomitar y a veces, me sigue asaltando la ansiedad.
Aún me falta inteligencia emocional porque me tambaleo de un modo inusual y me acerco demasiado al miedo que da la muerte en algunas ocasiones y pierdo cierto equilibrio vital, cierta seguridad.
Ayer, me dio un dolor en el pecho, algo parecido a una contractura muscular que dolía cuando respiraba. Pensé que me moría. Morí un poco entre el miedo. Tuve dos opciones: Morirme sola en mi habitación del hotel en el medio de Manhattan o acompañada por algún desconocido en la zona de relax que tanto me gusta de este hotel. Decidí morir acompañada y me fue bien.
Somos diamantes, como diamantes. Elegimos ser felices, brillar. Eso es lo que dice la canción y lo digo yo que soy Dios y Diosa, mientras mis pensamientos, la suerte de la buena y la vida me dejen.
https://www.youtube.com/watch?v=lWA2pjMjpBs;&w=450&h=320
Por cierto, ¿Te has fijado qué o quien hay dentro de la palabra D»yo»s?